martes, 18 de febrero de 2020

LA CARRERA ELECTORAL HA COMENZADO Y EL MAS CONTINÚA SIENDO LA PRIMERA FUERZA POLÍTICA DE BOLIVIA




La Patria Grande 18/02/2020. Todos sabemos que las encuestas de intención de votos son “fotografías del momento”, reflejan el sentir de las personas en el instante en que fueron consultadas y evidentemente los resultados pueden variar, sin embargo, no podemos dejar de lado que se trata de una de las maneras más eficaces que tienen medios, los partidos y sus candidatos y candidatas, para conocer las opiniones y percepciones de la población, en este caso, referidas al ámbito político.

Pues bien, el escenario político electoral comienza a tomar sus primeros matices, se evidencia la fuerza de dos bloques sociales, polarizados, distintos en diferentes aspectos, entre ellos el componente social, cultural, económico y las visiones completamente opuestas entorno al concepto de democracia  se enfrentarán electoralmente  el próximo 3 de mayo y la primera encuesta de intención de votos es altamente sorprendente, ya que a pesar todo el contexto que se propició tras la salida de Evo Morales de Bolivia, lo que conllevó a que se genere un clima bastante adverso para el Movimiento al Socialismo, los resultados de la primera encuesta de intención de votos, muestran claramente que el MAS CONTINÚA SIENDO LA PRIMERA FUERZA POLÍTICA DE BOLIVIA.

Esta primera consulta, realizada por CiesMori para Unitel, RedUno y Bolivisión, muestra que el ex ministro de Economía, Luis Arce Catacora, candidato presidencial del MAS, lidera con un 31,6 por ciento de la intención de voto, a menos de tres meses del proceso eleccionario en Bolivia, mientras que sus dos principales adversarios, Jeanine Añez, y el ex presidente Carlos Mesa, no alcanzan por ahora cada uno el 20 por ciento de la votación.

Este panorama da cuenta de que a pesar de la persecución que ha sufrido y sufre el Movimiento al Socialismo, al igual que sus principales cuadros políticos y las acciones que se ejercen desde el ámbito estatal, desde poder ejecutivo, para debilitar a este Instrumento Político, éste sigue siendo la primera fuerza del país, con una presencia territorial homogénea y acá quiero destacar algunos aspectos que considero fundamentales, que surgen y que van marcando esta carrera electoral:

El primero está relacionado a una importante fortaleza orgánica en el MAS - IPSP, esto debido a su esencia nacional popular- indígena con la cual diferentes sectores se sienten identificados.

El segundo componente nos muestra que esta encuesta de intención de votos, expresa una tendencia mayoritaria de apoyo al MAS y este es un aspecto que llama la atención, ya que en esta consulta, el Movimiento al Socialismo obtiene importantes resultados en las áreas urbanas y periurbanas, recordemos que en el último proceso eleccionario del pasado 20 de octubre de 2019, el resultado en el área urbana, no era favorable al MAS, situación que de acuerdo a los resultados de esta primera encuesta, desvirtúa esa premisa de que sólo la gente del área rural estaría apoyando a dicha fuerza política, esto es muy importante y altamente significativo y las cifras son claras: el mayor apoyo que consigue Luis Arce es en La Paz, con casi el 50 por ciento de los encuestados, además de Cochabamba, con 38 por ciento, y Oruro, con 41 por ciento.

En las nueve ciudades capitales del país, además de la ciudad de El Alto, Arce Catacora, logra el 28 por ciento, seguido de Carlos Mesa, con 20 por ciento y en el área rural, el candidato del MAS consigue el 45 por ciento, seguido de Jeanine Añez, con 11 por ciento.

Esto nos muestra que la población va tomando conciencia y que estos más de tres meses de un régimen de facto han generado que los bolivianos y las bolivianas, en su gran mayoría, vean que realmente en Bolivia sí hubo un golpe de estado  y es precisamente el descontento con el actual gobierno golpista,  lo que perfila al MAS como primera mayoría.

En tercer lugar me parece oportuno destacar que la fortaleza y la conciencia del pueblo boliviano, prevalecen ante cualquier situación, ya que a pesar de que el gobierno de facto tiene a su alcance todos los aparatos con los que cuenta el Estado para generar un curso hegemónico contrario al MAS y acá incluyo la dictadura mediática, el Movimiento al Socialismo sigue fortalecido y esto desde mi punto vista es producto de que existe un descontento cada vez más generalizado contra el accionar del gobierno actual.

Otro aspecto interesante de esta consulta, radica en que el MAS no está en el poder, es decir que no pudo haber influido de ninguna manera en la encuesta de intención de voto y la misma se desarrolló sin que exista ningún tipo de coacción o presión y esto le da bastante validez y credibilidad, lo que evidentemente genera una gran preocupación para los golpistas, para la denominada “derecha boliviana” porque comienzan a ver la verdadera dimensión de la fuerza del Movimiento al Socialismo, empiezan a asimilar que no podrán contra el MAS, no podrán hacerle frente a  su estructura social, comunitaria y tampoco podrán minimizar los importantes logros que se han conseguido gracias a la implementación del modelo económico, social, comunitario y productivo, modelo que desde todo punto de vista ha sido exitoso y es destacado a nivel internacional y es justamente el éxito de dicho modelo económico, uno de los aspectos que posibilita que el MAS continúe siendo la primera fuerza política a nivel nacional.

Comienza de esta manera la carrera electoral y si las elecciones del próximo 3 de mayo se desarrollan en un escenario limpio y transparente, sin duda alguna el Movimiento al Socialismo ganará en primera vuelta y obtendrá la mayoría en Asamblea Legislativa Plurinacional.

Esperemos que en el escenario político que vive actualmente Bolivia, caracterizado por una exasperada polarización, se pueda llevar adelante un proceso eleccionario basado en el respeto absoluto hacia los derechos políticos y libertades fundamentales, es vital que las autoridades, candidatos y candidatas de los diferentes frentes políticos estén a la altura de este gran e importante reto, que definirá el destino de nuestro país.

Lic. Juan Ademar Valda Vargas
Sociólogo, ex Diputado, ex Cónsul, defensor de la democracia.

jueves, 6 de febrero de 2020

NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS


El escenario político y social que se configuró en Bolivia tras lo ocurrido en noviembre de 2019 es altamente preocupante, el mismo se fue marcando en primera instancia por una represión sumamente violenta a nivel social, lo que claramente denotaba que posteriormente esta represión llegaría a la esfera institucional y es lo que actualmente ocurre.

En este conglomerado, salieron a relucir claramente sentimientos de racismo y discriminación en su más alta expresión, si bien en 14 años de gobierno se gestaron normativas y leyes que le hacen frente a este tipo de situaciones, como la Ley 045 Contra el Racismo y toda Forma de Discriminación, lo sucedido en Bolivia luego de la salida del Presidente Morales, da cuenta de que si bien con ese tipo de instrumentos legales, se logró callar a quienes desprecian de sobremanera al indígena, al humilde, al pobre y en su momento, no tuvieron reparo alguno en expresar y manifestar esas posiciones radicales, no se pudo hacerle frente a su mentalidad, a su conciencia y esto devela que queda mucho por hacer en este tema, a esto se suma la rabia, una rabia infundada que se fortalece generando todo tipo de argumentos para justificar que las instituciones funcionen como mecanismos de persecución, de represión, de amedrentamiento y no de justicia. 

Llama la atención la manera en la que los medios de comunicación nacionales se limitaron a mostrar sólo una parte de realidad, aquella que le convenía al gobierno de facto, gobierno que no dudó en cerrar decenas de radios comunitarias y seguramente el resto de los medios asumió esa postura, porque si no seguían el discurso oficial, serían catalogados como "sediciosos" y tendrían que rendir cuentas ante la justicia.

Lamentablemente ante ese panorama, surgieron una y mil justificaciones para toda clase de violaciones a los derechos humanos y a los límites a nuestras libertades, de un momento a otro, parte de la sociedad boliviana, entre ellos grupos como los de la denominada "resistencia" pasaron a ejercer funciones policiales, de vigilancia y control, pero ¿por qué se toman atribuciones que no les corresponden, cuando hay instituciones legalmente constituidas para llevar adelante esas tareas?, es la pregunta que queda en aire y no conformes con aquello, festejan y celebran el castigo a quien piensa diferente, a quien actúa de una forma que simplemente no les parece o no les gusta, a quien defiende ideas que ellos vinculan con el Movimiento al Socialismo (MAS).

Como ex parlamentario, ex Cónsul, como político, como defensor del Proceso de Cambio que encabezó el hermano Evo Morales, pero sobre todo como un boliviano con un amor infinito por su patria y por su gente, me duele profundamente esa aceptación tan pasiva ante el despliegue renovado de represión estatal, que atenta contra nuestro pueblo y en este escenario al que hago referencia los conceptos de "terrorismo" y "sedición" juegan un papel fundamental y sirven como pretextos para justificar una represión desmedida, prueba de ello son las masacres de Sacaba en Cochabamba y Senkata en La Paz, donde muchos bolivianos perdieron la vida por sus ideales, esas personas que firmes a sus convicciones salieron a las calles y manifestaron su repudio ante el golpe de estado fueron tildadas de "delincuentes, narcoterroristas" y claro, el régimen de facto justificaba la represión dando a entender que se trataba de que "los ciudadanos de bien" le hacían frente a las "hordas masistas" a los "terroristas" y ante esa supuesta amenaza externa se perfilaron una serie de dispositivos que aún están activos, mismos que justificaron la muerte y la violencia sin límites ante una supuesta necesidad de defensa.

El que ahora celebremos que se castigue a quien piense diferente, el que aplaudamos que se persiga y encarcele a personas simplemente por disentir, por escribir críticas al gobierno, porque consideran que no está legalmente constituido o el hecho de que observemos con satisfacción y cierto goce el espectáculo basado en la humillación de las detenciones a tantas personas, nos muestra que las cosas no van bien.

Yo fui víctima de este tipo de abusos e irregularidades, cuando el 10 de diciembre de la pasada gestión me detuvieron en el aeropuerto internacional Jorge Wilsterman de la ciudad de Cochabamba, argumentando que había una alerta migratoria en mi contra y que estaba utilizando un pasaporte diplomático siendo que ya había cesado en mis funciones como Cónsul General del Estado Plurinacional de Bolivia en Buenos Aires, algo totalmente falso, puesto que yo presenté mi cédula de identidad como documento para poder viajar a la capital bonaerense, ese tipo de actitudes responden únicamente a la persecución y al amedrentamiento, razón por la que me declaré como perseguido político y tuve que solicitar refugio al gobierno del Presidente Alberto Fernández.

Es realmente alarmante que ese tipo de acciones sean vistas como si de un circo se tratara y ahondando más aún en ese contexto, preocupa la exigencia de castigos mayores para quienes piensan distinto, esas son muestras claras de lo enajenados que estamos ante una realidad en la que lamentablemente la convivencia se  reduce a la necesidad imperante de fabricar un enemigo y destruirlo, únicamente porque tiene un criterio diferente o representa una amenaza ante intereses que incluso están más allá de nuestras fronteras, sin percatarnos que, al ceder, al apoyar y celebrar ese tipo de acciones, vulneramos una serie de derechos fundamentales que tenemos como seres humanos.

Desde afuera duele ver que hay gente que participa de forma recurrente y activa en el potenciamiento de un aparato estatal represivo que amenaza con desbocarse si es que se mantiene en el poder.

Yo fui una de las personas que denunció el golpe de estado a nivel internacional, en todos los escenarios que pude, en respuesta a dichas denuncias intentaron
quemar mi casa, amenazaron con matarme, me detuvieron ilegalmente, buscaban acallarme amedrentándome con sus grupos paramilitares y la persecución policiaco - judicial, todo esto para que no denuncie la dictadura en Bolivia. Hoy solo los grupos reaccionarios se tragan lo del gobierno de “transición” pero ahora el panorama entorno a esa disyuntiva que radica en que si hubo o no un golpe de estado, se aclara y prueba de ello es el anuncio de la señora Añez de presentarse como candidata a la titularidad del Poder Ejecutivo, situación que pone al Órgano Electoral Plurinacional en tela de juicio y este escenario nos muestra claramente que lo ocurrido en nuestro país el 10 de noviembre de 2019 fue algo planificado y premeditado.

Estos más de tres meses de un gobierno de facto son suficientes para darnos cuenta de que ese afán de control absoluto de nuestra información, la censura en nuestras publicaciones, el intento por justificar la violencia y la represión, tienen que terminar, es hora de que dejemos de lado esa rabia, ese rencor que imposibilita que podamos ver que esos mecanismos que fortalecemos al ser cómplices silenciosos de la actual realidad política y social de Bolivia, se constituirán más adelante en la pieza clave para que continúen todos esos excesos y vulneraciones a los derechos que van en nuestra contra.

El 3 de mayo los bolivianos y bolivianas tenemos en nuestras manos una decisión vital, está en nosotros el poder modificar el libreto y generar un escenario emergente para Bolivia, apelamos a que se opte por recuperar la democracia en nuestro país y se dé continuidad a un modelo económico que nos llevó a obtener importantes resultados, mismos que fueron posibles gracias a la lucha y la unidad del pueblo boliviano y como nunca, marcaron un antes y un después en la historia de nuestro país.

Lic. Juan Ademar Valda Vargas
Sociólogo, ex Diputado, ex Cónsul, defensor de la democracia.